jueves, 29 de noviembre de 2012

LAS ÉLITES DEL PODER


Podemos decir que las sociedad está estructurada en Instituciones, es decir, que la estructura social es un conjunto de instituciones, y éstas están gobernadas por hombres poderosos. En el ámbito de las relaciones sociales las Instituciones son importantes por se un medio a través del cual se ejerce el poder y permite a estos hombres poderosos, que en definitiva son una minoría, poder imponer sus ideas a los hombres corrientes. Los hombres poderosos son aquellos que realizan su voluntad a pesar de la resistencia de otros y, en consecuencia, nadie puede ser verdaderamente poderoso sino tiene acceso al mundo de las grandes instituciones. A estos hombres poderosos los autores clásicos los llaman la élite del poder.
Diferentes autores son los que han querido constatar quienes conforman esta élite de poder, que definitiva, son los que en principio gobierna y deciden en el mundo. Autores como PARETO (1848-1923), que en su opinión, la élite del poder está compuesta por todos aquellos que tienen unas cualidades excepcionales para una actividad. Este autor propuso la teoría de la “circulación de las élites”, en la que teorizaba que la pertenencia a la élite no se heredaba, por lo que estas élites se iban renovando. Otro autor clásico, MOSCA (1858-1941), argumentaba que la élite del poder se conformaba por una minoría de personas que detentan el poder de una sociedad. Esta minoría se constituía en una clase social dominante, cuya organización permitía mantener el dominio. Pero para Mosca, la élite está estratificada, puesto que dentro de la élite existe un grupo de personas, un núcleo rector, que desempeñan la labor de liderazgo.
Otro gran filósofo ha sido WRIGHT MILLS, con su obra The Power Elite (1956). En esta obra Mills analiza el sistema político norteamericano de los años cincuenta, donde argumenta que este sistema político está gobernado por una élite de hombre con poder en la política, en la economía y en lo militar. Estos hombres mantenían relaciones entre sí y poseían una ideología común a todos ellos cuyos objetivos era la eficiencia y el crecimiento económico.
Mills, teoriza con la idea de que las masas de población (individuos a los que se les suprime, por las autoridades, toda autonomía en la formación de opiniones por medio de la discusión) se encuentran bajo la autoridad de un grupo de hombres que conforman la élite del poder. Para este autor, existe tres órdenes de gran importancia: 1.- El político, mediante el cual los hombres adquieren, manejan e influyen en la distribución de poder y autoridad dentro de la estructura social. 2.- El económico, los hombres organizan la mano de obra, los recursos y los medios técnicos según la producción y distribución de bienes y servicios. 3.- El militar, mediante el cual los hombres organizan la violencia legítima y supervisan su uso. Para Mills, la unión de la élite de estos tres órdenes conforman la minoría del poder.
Esta minoría poderosa cuya decisiones tienen consecuencias para los hombres corrientes son aquellos que “gobiernan las grandes empresas, gobierna la maquinaria del  Estado, exigen sus prerrogativas, dirigen la organización militar, ocupan puestos de mando en la estructura social, en los cuales están centrados ahora los medios efectivos del poder y la riqueza y la celebridad de que gozan”.
Siguiendo la teoría de la élite del poder de Mills, los individuos que componen esta élite provienen de la misma estructura social y mantienen entre sí relaciones de amistad o familiar. Pero en la formación de estos individuos poderosos es de gran importancia “La escuela”, que es la institución más importante para transmitir los valores y tradiciones de las altas clases social. De ahí que, si tenemos en cuenta el origen común de estos individuos, su educación y el contacto continuo entre ellos, podremos comprender que estos individuos que conforman la élite del poder se entiendan bajo el mismo lenguaje. Pero estos individuos de la elite del poder no deciden o gobiernan solos, éstos tienen personal que actúan como consejeros o asesores que con frecuencia lideran las  decisiones e ideas.
Mills, entiende por minoría de poder “aquellos círculos políticos, económicos y militares que, como un conjunto intrincado de camarillas que se trasladan e imbrican, toman parte en las decisiones que por los menos tienen consecuencias nacionales. En la medida en que se deciden los acontecimientos nacionales, la élite de poder está constituida por quienes deciden”.
Para este autor, “En la sociedad norteamericana, el máximo poder nacional reside ahora en los dominios económicos, políticos y militar. Las demás instituciones parecen estar subordinadas a éstas” “Las decisiones de un puñado de empresas influyen en los acontecimientos militares, políticos y económicos en todo el mundo”.
Otro gran filósofo de la ciencia política moderna es Robert A. Dahl, que con su obra ¿Quién gobierna? Democracia y poder en una ciudad americana     realiza un estudio de las élites de poder en una ciudad de Norteamérica (New Haven). En este estudio,  Dahl concluye, al contrario que Mills que abogaba por una única élite de poder y un poder concentrado como indica la teoría “elitista”, que la élite de poder no es un grupo monolítico y cohesionado. Dahl (teoría pluralista) determina que la clase política está conformada por una pluralidad de grupos y que estos grupos pueden ser: los partidos políticos, los sindicatos, los educadores…). Estos individuos se distinguen del resto de la ciudadanía en el compromiso político. Ningún grupo tenía el poder de controlar completamente a toda la comunidad, a esto se le ha llamado “equilibrio de poder”. Esta teoría de equilibrio de poder, viene a decirnos que, al no haber una única élite de poder, sino varias, ninguna en concreto controla todos los recursos de la comunidad por lo que existe una dispersión de poder y autoridad, Esto conlleva que no haya una jerarquía dentro del  poder. Este hecho hace que se dé un equilibrio de poderes característico de sociedades democráticas que permite acercar posturas y minimizar tensiones entre las élites.
Hoy en día, si hacemos una encuesta a la ciudadanía, no sólo de España, sino de todo el mundo, sobre quien tiene más poder, si los gobiernos o el poder financiero, no creo en equivocarme que el resultado sería el poder financiero. Estamos viendo como las decisiones más importantes, sobre todo en Europa, las están tomando organizaciones, que curiosamente, no son elegidas en un proceso electoral por los ciudadanos, como son el FMI, el BCE, etc… todos poderes financieros. En cambio, aquellos organismos que son elegidos democráticamente en unas elecciones, como el Parlamento nacional o europeo, parece ser que no “pintan” nada en este proceso de solución o decisión de  la actual crisis económica que está afectando a la sociedad.
Os dejo un artículo interesante sobre La élite del poder financiero (pincha sobre el título)

3 comentarios:

  1. Estimado Jesús:

    !Enhorabuena por tu magnífica entrada! Primero, gracias por exponer con tanta claridad la Teoría de las Élites y segundo, gracias por adjuntarnos un artículo excepcional sobre el poder que ha jugado, juega y parece que va a jugar –si, como señala el propio autor, los dirigentes públicos no centran su atención exclusivamente en la satisfacción de las necesidades sociales-, el sistema financiero en Estado Unidos.

    Desde el punto de vista económico, resulta interesante mencionar el término introducido en la lectura de “financiarización”, al explicar éste cómo el centro de gravedad del sistema económico estadounidense y el capitalismo global ha pasado de ser la producción a ser las finanzas y cómo el Estado norteamericano ha intervenido en ello como prestamista (tal cual se está produciendo actualmente en España con los rescates a los bancos y entidades de crédito). En este sentido, si vemos los resultados obtenidos en EE.UU aplicando este tipo de políticas y realizamos un ejercicio de prospección para Europa, saltan las alertas, pues lo que se ha conseguido ha sido un crecimiento desaforado del sistema financiero, el cual nunca produce la expulsión del mercado de agentes por acumulación de deudas, sino que provoca crisis financieras cada vez mayores, unidas a intervenciones del Estado exponenciales.

    Y esto, a su vez, agrava la situación política del país, pues los elementos financieros han llegado a dominar sectores estratégicos dentro de las instituciones político-administrativas y, con ello, condicionar la prestación del servicio público al ciudadano y a modificar las estructuras de poder.

    Como bien señalas, Jesús, parece que el poder político se está subsumiendo en el poder financiero y, si no hacemos nada al respecto en el presente, en el futuro será difícil dar marcha atrás. La crisis está dejando muchas oportunidades para el cambio pero no las queremos aprovechar y, lo más grave de todo, no aprendemos de nuestros errores. Un Estado Social, Democrático y de Derecho como el nuestro, no solo cumple la función de paliar los fallos de una economía capitalista sino también –y como principal función-, proveer de bienes y servicios públicos a la sociedad y, además, hacerlo de manera justa y equilibrada

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  2. Gracias por tu comentario, Marta. Como comentas, no se está aprovechando la crisis para sacar conclusiones y proponer solucione ante problemas de una gran carga emocional para la sociedad como es el caso del desempleo y lo que conlleva ello, por ejemplo, los desahucios. Para que veas que no aprovechamos la crisis para reordenar nuestros sistemas políticos, jurídicos, económicos y otros muchos, es el caso de la LEY HIPOTECARIA. Te copio un comentario del periódico EL PAIS sobre esta ley.


    1909
    La norma de desahucio que se aplica ahora en este país se aprobó hace más de un siglo.

    http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/11/24/andalucia/1353772996_153300.html

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  3. La crisis económica y financiera de hoy fue orquestada y planificada ya desde hace tiempo con el fin de reducir la población mundial.

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